Si estás en búsqueda activa de empleo, no te quedes con lo primero que aparezca. En esta nueva sesión hablamos con Liz Guarneros, consultora laboral y CEO en Emprender Soluciones de Empleo, quien nos ayudó a analizar en qué elementos debemos fijarnos para escoger el mejor lugar para trabajar.
Puedes revisar de nuevo el webinar aquí:
La vida laboral ha recuperado el ritmo y las empresas empiezan a contratar más perfiles para hacer frente a las nuevas demandas del negocio.
La influencia de lo que hemos vivido y visto a nuestro alrededor nos moldea. Desde pequeños hemos perseguido ciertos objetivos porque nuestro entorno había hecho lo mismo o nos incitaba a ello.
Sin embargo, el éxito material no lo es todo. Es necesario que el trabajo nos haga felices y que cuente con el ambiente y beneficios que para nosotros sean útiles, que estén en sintonía con nuestras necesidades y valores.
La vida laboral no se trata de conseguir un estatus, se trata de vivirla plenamente, de ser consciente del presente y disfrutar del día a día.
Es innegable que el dinero es importante, nos permite vivir, pero debemos tener en cuenta que en el trabajo pasamos muchas horas y debemos estar a gusto y cómodos con el ambiente y los compañeros.
Acceso a la información
Actualmente como candidatos tenemos acceso a una gran cantidad de información y eso facilita el conocimiento sobre las empresas y el trato que estas le dan al empleado. Desde Computrabajo se pueden consultar las valoraciones de las empresas y conocer de primera mano qué opinan ellos sobre esa organización y los beneficios que ofrecen.
También puedes consultar a las mejores empresas para trabajar, ranking realizado por las valoraciones de los usuarios de Computrabajo.
¿Qué necesito para sentirme en el mejor lugar para trabajar?
Liz Guaneros nos aconsejó que revisemos qué necesidades tenemos a corto y medio plazo: formación, crecimiento, aprendizaje, balance de vida…
“Muchos candidatos se centran solo en el nombre de la empresa, pero luego en realidad no tienen los mismos valores o no innovan a la hora de adaptar nuevas tecnologías. Piensa que si al empezar a trabajar te das cuenta de que usan sistemas antiguos y no invierten en tecnología en breve se quedarán obsoletos y tu con ellos.”
A la hora de aceptar un empleo debemos tener todo esto en consideración porque al fin y al cabo vamos a estar allí mucho tiempo y si solo nos interesa el nombre y no los objetivos, seguramente en poco tiempo estaremos buscando un nuevo empleo.
Los candidatos deben darse un tiempo para informarse en todos los medios disponibles para conocer si encajan o no con la cultura organizacional de la vacante a la que desean aplicar.
Salario emocional
El salario emocional no tiene que ver con el dinero, sino con todo aquello que te pueda motivar.
Guarneros dice que el reconocimiento suele ser uno de los motores que mejor impulsan la retención de talento y satisfacción laboral. En estos casos, muchas empresas niegan el reconocimiento por el miedo de que luego el colaborador les pida más dinero.
“Esta estrategia puede acompañarse de dinero, pero puede que no. Sin embargo, siempre es una buena práctica para motivar y mantener el compromiso del colaborador para con la empresa.”
El home office también es parte del salario emocional, o al menos el trabajo híbrido y un buen balance de vida. Todo esto influye en el orgullo que sientes de pertenecer a ese colectivo que forman los trabajadores de una empresa.
Es importante pensar y saber cómo profesional qué quieres y qué necesitas para ser feliz de lunes a viernes y no solo los fines de semana.
¿Qué debe valorar el candidato ante una oferta de trabajo?
Un profesional debe tener un plan de carrera, saber qué quiere conseguir en ese plano de su vida y qué necesita para lograrlo.
La planificación marca la diferencia entre trabajar por un objetivo o ir alternando trabajos y empleos, sin un punto en la meta.
Esa mala organización se puede traducir en un currículum lleno de empleos temporales y con pocas oportunidades de crecimiento.
¿Cómo hacer un Road Map de empleo?
- ¿Qué sectores o en qué campo quiero trabajar?
- ¿En qué tengo experiencia?
- ¿En este campo hay el puesto o cargo que quiero?
- ¿Quiero hacer esto durante los próximos 5 años?
Si acepto una empresa debo tener en cuenta si me veo en ella en 5 años, cuál es el tope para crecer y qué busco con ese empleo. Hay organizaciones que no explican las oportunidades de crecimiento dentro de la empresa, en esos casos como candidatos podemos preguntarlo en la entrevista.
Debemos usar los espacios de comunicación que tenemos con los reclutadores para saber más y no para realizar las típicas preguntas que seguramente el resto de los candidatos ya han realizado.
Otro punto para tener en cuenta es el balance de vida y carrera que te proporciona esa posición y la cultura empresarial que allí se vive. ¿Estás dispuesto a responder correos los domingos? ¿Te gusta trabajar constantemente bajo presión? ¿Prefieres una empresa familiar, una pyme, transnacional o multinacional?
Cuando vamos a una entrevista debemos imaginarnos cómo será el día a día allí. La experiencia del candidato durante el proceso nos da mucha información de cómo es el trato y la rutina, de cómo tratan los jefes a los demás, la comunicación e incluso si toda la conversación es un reto.
Todo esto debe ser valorado a la hora de aceptar un empleo y por eso a veces no solo el salario pesa en la balanza, hay muchas cosas que debemos tener en cuenta para saber si será o no positivo para nosotros como profesionales.